La diferencia entre el CUEC y el CEA
Nota: Usted puede escuchar el siguiente video mientras disfruta del post.
Pero de pronto apareció el corto "Té para tres" donde los principales estereotipos gays se dedican a realizar los típicos estereotipos de escenas de cama gays en un corto estereotípicamente gay. Estereotípicamente, las buenas parejas queretanas empezaron a salir con un paso sutilmente despavorido. Quedamos unas seis personas en la sala. Sólo dos éramos hombres (y no, no veníamos juntos).
Años de no tocar este blog (de todos modos nadie lo lee) pero debo desempolvar mis capacidades como escritor, al menos como un escritor que puede y quiere escribir de algo más que llantas y farmacéuticas. Hablemos de cine.
...o de intentos de cine. El viernes pude por fin ir al CAC de Juriquilla, se trata de un centro cultural chiquito pero a fin de cuentas un oasis cultural en una ciudad cuyas propuestas casi siempre huelen a usado. Esta vez el CAC, como forma parte de la UNAM, presentó una selección de cortos de estudiantes del CUEC, la escuela de cine más prestigiosa de México y de donde han salido grandes como Cuarón, Hermosillo, Eimbcke, y demás crema y nata de nuestra eternamente incipiente filmografía nacional.
Bueno, llegué tarde así que no los vi todos (ah, aclaro, la selección era de cortos clasificación C). Al entrar en la pantalla estaba un reflejo de espejo donde se veía una mujer con los pelos de escoba de barrendero municipal con la cara llena de sangre, meneándose con los ojos en blanco y haciendo unas como gárgaras bien intensas. Cerré la puerta y traté de buscar lugar como si nada.
Los cortos fueron... de hueva. El que me gustó fue uno llamado Día Uno donde una chica sale de la cárcel y renta un cuarto en el hotel. Dura como dos minutos, divinos. Los demás tenían como punto en común seguir pretensiones de películas como Begotten y Fresas Salvajes pero claro, sin el ingrediente principal. En cuanto a los actores, los del CEA de Televisa harían cosas más verosímiles y menos incómodas.
Lo curioso fue que a pesar de escenas de sexo supuestamente explícito (un corto sobre la realización de una escena pornográfica en donde sale un trío de mujeres como sacadas de comercial de Solidaridad y una sacada y metida de dildo a una de ellas), las escenas de sangre y sordidez nunca fueron suficientemente fuertes para espantar al público que me acompañaba y que se componía en su mayoría por gente de la tercera edad que, en parejas heterosexuales con la vida holgada de la mayoría de los juriquillos jubilados (hola, mamá), iba a "llenarse de cultura".
Pero de pronto apareció el corto "Té para tres" donde los principales estereotipos gays se dedican a realizar los típicos estereotipos de escenas de cama gays en un corto estereotípicamente gay. Estereotípicamente, las buenas parejas queretanas empezaron a salir con un paso sutilmente despavorido. Quedamos unas seis personas en la sala. Sólo dos éramos hombres (y no, no veníamos juntos).
En resumen, me encanta que si la película es mala, la gente se queda (se quedaron viendo unos cortos más bien horrorocitos) si la escena tiene un close up de un dildo entrando en una vagina mal rasurada de una mujer sobre la que está sentada otra en su cara y otra más ahí de salero, la gente se queda, pero si salen dos hombres (que la verdad no estaban tannnn mal) besándose y haciendo escenas softcore... les da "asco" y se van.
El público que ve a actores del CEA y de producciones del CUEC tienen a fin de cuentas apreciaciones estéticas o morales similares. La verdad es que esta vez hubiera preferido quedarme a ver novelas.
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