El sonido del amor


Burt Bacharach al piano, junto con el letrista Hal David y la cantante Dionne Warwick

A mediados de febrero de este año me enteré del fallecimiento de Burt Bacharach. Si bien tuvo una vida próspera, longeva (94 años) y llena de éxitos, la noticia, que a mí me llegó un par de semanas después, me dolió porque, como está sucediendo en estos días que hemos sufrido pérdidas de celebridades como Ignacio López Tarso, Rebecca Jones, Chabelo o Andrés García, marcan el fin de una época. En el caso de Bacharach, de un tipo de música romántica fácil de escuchar y respaldada por orquestas que encantaba a las grandes audiencias, musicalizaba las películas de moda y bordaba la educación sentimental y las vivencias románticas de mis abuelos y padres.

Lo menos que podía hacer para sobrellevar este duelo cultural era armar un space en Twitter para recordar su carrera musical, su relación con el cine y de paso recordar varias de mis canciones favoritas.

El space se puede escuchar aquí mismo. Así de paso pueden oír algunas de las canciones que elegí para concentrar en menos de diez la historia de Burt Bacharach. Obviamente, se quedan cortas.

También hice una playlist con las canciones que puse y que van hilando la historia de este hombre que empezó haciendo con temas como la juguetona "The Blob" que era el bromista tema de la película del mismo nombre —aquí le pusieron «La mancha voraz»— y terminó escribiendo nostálgicas baladas en tono de jazz con Elvis Costello.  

Para abrir el enlace de la playlist, que titulé «Me gusta Joan Sebastian BACHarach» (pensando en la canción de Daniela Romo), puedes hacer clic aquí para la versión en Apple Music y aquí está la versión para Spotify

Está riquisima para escuchar en su sala de terciopelo con el coctel de su preferencia en la mesita con la lámpara que llora aceite y la figurita de Lladró.

Ganas no me faltan de hablar sobre cada una de las canciones y cómo me fui enamorando de Burt por su ingenio y su sensibilidad para derretir corazones con su música, pero creo que es mejor que escuchen lo que SergioeIvan, otros hablantes del space y yo decimos en el space que compartí arriba. 

Lo que sí debo decir es que él no habría podido ser tan importante por sí solo, creo que su mayor acierto fue haber hecho equipo con el letrista Hal David y más tarde con la cantante Dionne Warwick.

Les cuento que quizá yo no estaría aquí escribiendo en ensalzando a este señor si no hubiera sido un comprador compulsivo de discos en mi adolescencia. Resulta que a mí no me daban dinero para comprar discos, me daban dinero para comer en el recreo y durante toda mi secundaria y prepa ese dinero se iba derechito a comprar discos. Obviamente no me alcanzaba más que para uno al mes y llegó un momento que mi desesperación me llevó a buscar música gratuita en otros lugares además de la radio. Uno de los lugares donde la encontré fue en los baúles de acetatos de mis papás y de los parientes que se dejaran. En ese entonces ya ninguno de ellos los usaba y los tenía ahí arrumbados sin animarse a tirarlos así que a mí me regalaron varios. Uno de ellos fue un álbum triple de Dionne Warwick. 

Ya para ese entonces yo ya había escuchado "Do You Know the Way to San Jose" y "Walk on By" en Azul 89 y me gustaron así que me animé a escuchar el álbum y fue una experiencia sumamente placentera; estos arreglos, las trompetas, los violines, los coros... un ingenio para exaltar los sentidos, para crear clímax melodramáticos, tonadas humorísticas, remates elegantes... no podía creer que la música "viejita" pudiera tener tanto.

Hay cierto preciosimo en la instrumentación tirando a lo cursi, diría que algunos momentos, por la letra, por la música y por el ímpetu vocal de Warwick, son clásicos del camp. Sin embargo, el camp suele ser lo opuesto a lo elegante y Bacharach sabía mantenerse en ese equilibrio o al menos darle cierta sofisticación al clasemediero y cursi easy listening.

Cuando descubrí ese álbum me sorprendió también escuchar que él y David habían compuesto canciones que yo ya había escuchado antes en voz de Pandora o Angélica María, descubrir que en cierta forma cimentaron un sonido y una temática frecuente que se expandió hasta principios de los ochenta. Además, me preparó para la película que salió poco tiempo después y que se volvió de esas que marcan tu adolescencia: «La boda de mi mejor amigo».

Lo triste cuando se va alguien tan talentoso como Burt o como los artistas que mencioné al principio no es solo que su vida se termine sino que nos obliga a pensar en quién llena su lugar; ¿qué compositor lo iguala en talento para seguir marcando siendo el soundtrack amoroso de las nuevas generaciones? What the world, needs now, is love, sweet love.

Burt Bacharach y la medida del amor


 


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