¡No más homenajes, por favor!

NOTA: sugiero leer esta nota mientras se escucha esta canción.





Publicado el 25 de agosto de 2011 en el suplemento aQROpolis del periódico Plaza de Armas.



Aunque las tiendas de discos se están volviendo una especie en extinción ya sea porque descargar música en línea se está volviendo cada vez más popular o porque la piratería sigue causando estragos, todavía existimos nostálgicos que amamos estas tiendas donde se ordenan miles de ventanas de donde se asoman diferentes mundos sonoros bajo el nombre de "portadas" y donde siempre la música de fondo tiene el volúmen ideal y la gente en lugar de hablar... escucha.


Esta vez fui a mi tienda de discos de costumbre y vi que en la lista de los álbumes más vendidos (otro fetiche de amor/odio para los melómanos) en lugar de los nuevos lanzamientos estaba nada más ni nada menos que Back to Black de Amy Winehouse. Este disco salió en 2006 y la Winehouse estuvo viviendo de ese éxito hasta que pasó el trágico suceso que ya sabemos y esto porque no sacó nada nuevo ni dio más muestras del "inigualable talento" que tanto mencionan los que dicen lamentar su "pérdida irreparable".


Me gustaría conocer a la gente que esperó a que Winehouse muriera para comprar el disco. ¿Suena mejor un álbum si su cantante falleció? Yo no lo creo, pero las decadentes empresas disqueras saben bien que un artista vale más muerto que vivo, especialmente si muere antes de cumplir los sesenta. El ejemplo más reciente es Michael Jackson y toda la explotación alrededor de su figura después de muerto que generó todo el dinero que no fue capaz de producir desde hacía veinte años. Entre películas póstumas, re-ediciones de álbumes y desde luego discos recopilatorios hechos al vapor, lo pudieron devolver a los primeros lugares de ventas.


Es difícil hacer un disco recopilatorio de Amy WInehouse pues sólo pudo sacar dos álbumes y sólo uno tuvo éxito mundial, pero será muy sencillo convencer a un grupo de músicos a realizar un álbum "homenaje" cuyo título tenga palabas como "soul" o "forever". Lo que más lastima mis oídos no son los típicos covers que acompañan estos álbumes "homenaje" o "tributo" donde destrozan la versión original sino precisamente el darle a estos evidentes productos de oportunismo esos adjetivos. ¿Se sentirán realmente "homenajeados" los artistas vivos o muertos por estas muestras de cariño? En festivales cuando rinden homenaje a un actor/director/bailarín/pintor que tuvo sus años de gloria años atrás y su trabajo actual está devaluado y relegado, me pregunto qué tan legítimo es darle un trofeo que no concuerda con el valor como persona que recibe en la actualidad. 


Yo no sé si alguna vez alguien se tomará la molestia de rendirme homenaje (por ahora está cabrón) pero, si llegara a pasar, preferiría que me regalaran un viaje a la playa que me urge, ¡y que no se metieran con mi obra para hacer una versión como homenaje, que la respetaran! Eso sí sería un buen reconocimiento de mi trabajo.

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